Que alucinante que todo se pueda englobar en un solo nombre: Indonesia (del latín Indus -India- y del griego nesos -isla-). Ya solo el origen del nombre contiene una bonita mezcla (aunque con gusto agridulce colonialista).
Y supongo que de forma inconsciente el egocentrismo inherente del ser humano no ha querido quedarse atrás. Me siento como una antropóloga en su salsa.
Mi primer destino fue Bukit Lawang (el único sitio donde aún se pueden ver orangutanes no en captividad en la selva), en el norte de Sumatra. Allí son todos musulmanes. Cada día, a diversas horas del dia se podía escuchar los altavoces de la mezquita: ahaaaasalaaaaaaammmm. Y todas las mujeres con burka, incluso algunas con el integral. Tienen que tener voluntad de hierro para estar en una selva tropical, con calor tropical, sin poderte bañar en los bellísimos rios o cascadas (mirar foto).
A 50 km me dirijí a Lake Toba, y toda la cosmología religiosa hizo un giro de 360 grados. Iglesias cristianas ayuguradas (no sé describirlas mejor) a doquier. Sonidos de campanas. Me llamó la atención que sólo se veían imágenes del gran conocido Cristo del Buen Rollo, el que sonrie o vuela en las nubes; nada de espinas o sufrimiento crucificado.
Y ahora estoy en Bali (otra isla más al este) y pum! explosión de colores! Bienvenidos al hinduismo! Definitivamente es con la que me quedo. Esta religión huele a incienso bueno, se celebra en lugares sagrados abiertos a todos cerca de árboles y cascadas que te quitan el aliento. Ellos rezan y no te dicen nada (no quiero saber que le dicen a una mujer occidental si entra en medio de una sesión en la mezquita... las mujeres se sitúan detras de unas cortinas separadas de los hombres). En el hinduismo no sientes la frialdad de una iglesia.
Aunque no todo es happy happy, si tienes la regla no eres propicia para entrar en un lugar hinduista sagrado. Que lo comprueben si se atreven! Da mucho que pensar, o todas las religiones se han hecho desde la mirada del macho, o las mujeres tienen algo especial que da ... respeto ;-)
Eso sí, nunca se pierde de vista la propia cultura de la región, que diría que incluso es más potente que la propia religión.